BBC
12 noviembre
2016
Parece verdades absolutas pero que no siempre llegan a ser
ciertas.
En el
mundo del fitness es común toparse con consejos o
recomendaciones que en la mayoría de los casos carecen de un fundamento
científico, pero que terminan convirtiéndose en creencia popular y logran
perdurar en el tiempo.
Sus
principales receptores son aquellas personas que comienzan a hacer ejercicio y
que descubren que no sólo se trata de ponerse unas zapatillas deportivas y
salir a correr, si no que además están expuestos al bombardeo de opiniones de
los expertos de turno.
Pero
¿cuáles son estos mitos que uno escucha en los vestuarios de un gimnasio o en
una reunión de amigos? En BBC Mundo te los contamos.
1.
Es necesario hacer mucho ejercicio para estar en forma
No
tiene por qué, y hay que tomar en cuenta que cada persona es diferente.
"Una
persona goza de un estado de forma bueno cuando se somete a un chequeó médico y
le sale todo bien, lleva una alimentación adecuada, psicológicamente es estable
y hace una práctica deportiva regular a nivel recreativo y lo disfruta" le
contó a BBC Mundo el profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y fitness Alto Rendimiento, Juan Francisco Marco.
Bajo
esta definición lo más importante es el bienestar de la persona y no tanto
lograr un cuerpo súper atlético y tonificado.
Pero
incluso para lograr esto último tampoco se necesita de mucho ejercicio, si no
de un programa de entrenamiento regular y específico.
A fin de
cuentas ya se ha comprobado que con una rutina de ejercicios intervalos de alta
intensidad es suficiente con unos pocos minutos al día, tres veces por semana.
2.
Es mejor hacer ejercicio en la mañana
Aquí lo
más relevante es el ritmo circadiano, que es lo que marca el funcionamiento de
cada individuo y su capacidad de desempeñar diversas actividades en un momento
del día.
Este
ritmo biológico influye en la presión de la sangre, la temperatura corporal, el
nivel de hormonas y la frecuencia cardiaca, elementos que determinan la
predisposición del cuerpo para hacer ejercicio.
"Va
en relación con las fases de luz y oscuridad, con las estaciones del año y con
las características de cada persona. No se puede extrapolar de forma general ya
que es individual", comentó a BBC Mundo el doctor Luis Franco Banfonte, secretario general de la Federación Española de
Medicina Deportiva, FEMEDE.
Es por
eso que si bien para algunas personas lo mejor es practicar actividad física en
la mañana, para otras lo es en la tarde o noche.
Eso sí,
"a partir de las nueve o diez de la noche tampoco sería muy recomendable
hacer ejercicio, sobre todo de alta intensidad, porque puede afectar al ritmo
del sueño y retrasar la necesidad de dormir", advirtió el doctor Franco Banfonte.
"Esto
haría que al otro día se esté más cansado y fatigado".
3.
Las zapatillas deportivas más caras son las mejores
No es
de extrañar que al tener en cuenta que el pie hace contacto con el suelo unas
500 veces por cada kilómetro recorrido, cada vez haya una mayor preocupación
por encontrar su zapatilla deportiva ideal: la más rápida, la más resistente,
la más eficiente y la que ayude a evitar lesiones.
Pero el
precio poco o nada tiene que ver con esta preocupación.
Para
Roger Kerry, uno de los más reconocidos fisioterapeutas de Reino Unido y quien
ha trabajado con atletas estudiando sus lesiones por más de 20 años, lo que las
personas tienen que observar es si las zapatillas "son cómodas, si te
sostienen el talón, si hay espacio en la parte de adelante para que el pie se
pueda expandir".
"Pero
lo que más importa es si son cómodas", reiteró. A partir de allí, cada uno
puede decidir cuánto cuesta esa comodidad
4.
Tienes que comer muchos carbohidratos (o muchas proteínas,
o mucha fruta)
Lo
primero es que no hay una dieta perfecta para hacer ejercicio.
La
fórmula de 60% de carbohidratos, 20% de grasas y 20% de proteínas parece ser la
más recomendada por los especialistas, pero estas cifras no se pueden tomar
como algo absoluto.
Esa
receta puede que sea la ideal para un individuo, pero para otro le puede
convenir la de 40-30-30.
"En
la parte de la nutrición se trata de buscar la receta milagrosa, el nutriente
milagroso o el suplemento milagroso que nos haga mejorar el rendimiento, pero
lo que necesita el deportista es conocerse mucho más para entender qué
alimentos le funcionan mejor en cada momento y en cada situación", le dijo
a BBC Mundo Javier Guerrero, responsable de planificación nutricional de
Instituto de Nutrición Deportiva, IND, en España.
Estas
variables pueden también ser muy diferentes dependiendo de la cantidad de
entrenamiento y el tipo de ejercicio que se realiza.
5.
El sudor siempre es bueno para el ejercicio
Sudar
forma parte de nuestra vida diaria, pero los niveles de sudoración varían
dependiendo de cada persona.
Y no
siempre que se suda significa que uno está haciendo el ejercicio de la manera
correcta.
Tampoco
quiere decir que estemos adelgazando, ya que "en términos prácticos, sólo
se pierde agua", explicó el doctor César Kalazich,
especialista de Medicina Deportiva Clínica MEDS, en Chile.
"La
sudoración no es un proceso que gaste suficiente energía para hacer perder peso
consistente o adelgazar".
Su
función como mecanismo de termorregulación es muy importante, además que ayuda
limpias impurezas en el cuerpo, pero hay que tener cuidado ya que el líquido
que se pierde se deben reponer, o por lo menos una parte.
6.
Es necesario estirar antes de hacer ejercicio
Es
recomendable, pero no es crucial y depende de la intensidad con la que se vaya
a hacer el ejercicio.
También
hay que tomar en cuenta el tipo de estiramiento que se realiza, ya que hay
algunos que son mejores para antes de que se realice la actividad física y
otros para después.
"El
estiramiento sí beneficia pero depende de qué momentos, qué intensidades y de
qué tiempos", dice Juan Francisco Marco, del centro Alto Rendimiento.
El
profesor explica que para el calentamiento se recomiendan los estiramientos
dinámicos, que implican mayor actividad muscular, mayor coordinación y mayor
agilidad, mientras que para después son los estáticos, en el que hay apenas
actividad muscular y articular, por lo que se reduce la tensión y se relaja más
el músculo.